El predicador inglés Charles Spurgeon, dice en su introducción a Jonás 2:9, “Aprender buena teología puede darse en los lugares y circunstancias más extrañas. En este caso en el vientre de un pez.” O como lo expresa en otra sección, “La mayoría de las grandes verdades de Dios deben ser aprendidas en medio de la tribulación. Deben ser grabadas en nosotros con fuego, con el hierro de la aflicción, pues de lo contrario no contarán con nuestra aceptación.”

Dios quería usar a Jonás, este hombre que vivió hace más de 2800 años antes de Cristo, para dar a conocer su gracia salvadora a una ciudad impía como era la ciudad de Nínive. Una ciudad que a los ojos de Jonás no merecía recibir el mensaje de salvación que Dios quería entregar. Cuando nosotros leemos Jonás capítulo 4:2, vemos cuál era realmente lo que había en el corazón de Jonás, y qué es lo que había en su vida. Dice el versículo 2, oró a Jehová y dijo, “Ahora, oh Jehová, no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresure a huir a Tarsis, porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal.” 

Cuando lees esta porción, queda de manifiesto que la intención de Jonás no era obedecer a Dios. No era su intención ir a predicarles a los Ninivitas. Por el contrario, él quería huir a Tarsis, a otro lugar muy distante del lugar donde estaba. Cuando nosotros leemos la historia de Jonás tenemos que entender que Jonás tuvo que experimentar muchas situaciones críticas, no solo el ser tragado por un pez. Uno lee más adelante y vemos que experimenta otras situaciones, porque Jonas sigue siendo porfiado en muchas situaciones. No obedece a Dios cuando le pide hacer algo. Hermanos, no hay lugar o circunstancias donde el mensaje de Dios no alcance a alguien, cuando Dios así lo desea. Hasta en el vientre de un pez. Es la sala más extraña de aprendizaje, el aula más extraña: ácidos del pez, olores, encierro. Pero en este lugar Jonás tuvo que aprender una lección valiosa para su vida. 

Leemos en 2 Reyes 14:15 la primera mención de Jonas, era profeta. Esto significa que él había sido designado por Dios e instruido por Dios mismo en cuanto su ministerio. Pero al contrario de los demás profetas del Antiguo Testamento sabemos que su profecía estaba dirigida hacia los habitantes paganos de Nínive y no hacia el pueblo de Israel. El único mensaje profético que tuvo que anunciar Jonás fue acerca del juicio que caería sobre Nínive. Esto convierte a Jonás en el único profeta del Antiguo Testamento que revela la gracia de Dios hacia los paganos. ¿Recuerdan a alguien similar en el Nuevo Testamento? ¡Pablo! Nosotros sabemos de su conversión, también sabemos que él era muy celoso de su pueblo. Inclusive atacaba a la iglesia cristiana porque la veía como una amenaza para el desarrollo de la religiosidad de su propia nación. Sin embargo, Dios trató también con Pablo de una manera muy especial e hizo que este hombre volviera después para predicar a aquellos a los cuales él perseguía, a los gentiles. Vemos también un tremendo testimonio.

Una pregunta más para ir aclarando la temática de Jonás. ¿Cuál era el problema de Jonás? Yo creo que lo han percibido ya. Vemos que el problema de Jonás era un excesivo orgullo nacionalista que lo hacía ser desobediente a la visión que Dios le había entregado. ¿Otro personaje similar a éste en el Nuevo Testamento? Pedro. Dios tuvo que mostrar un lienzo con todo tipo de animales inmundos tipificados, con eso él quería que fuese predicado el evangelio a los Gentiles. Dios tuvo que mostrar una visión clara para esto. Jonás de la misma manera estaba atribuyéndose el poder de determinar quién sería salvo y quién no, a quien él debía dispensar gracia y a quien no. Sin embargo, Dios en su infinita misericordia le va a enseñar a Jonás a través de varias circunstancias que el único que tiene derecho a determinar la salvación de alguien es él y sólo él.

Pero no solo determinará quién se salvará, sino también Dios va a determinar el medio que usará para cumplir una misión tan gloriosa. Algo que ojalá podamos asimilar también nosotros. A veces como Pedro, nosotros queremos entregar el mensaje selectivamente a unos u otros. Sabemos que en el Nuevo Testamento, parece que esta problemática se daba también. Uno lee algunos libros de escritura y vemos cómo fue selectivo la predicación en algunas iglesias. Santiago reclama que algunas personas ricas eran puestas en primera fila y los demás atrás. Tenemos la tendencia a discriminar y a no saber que nuestra misión, como dice la escritura claramente, es ir y predicar el evangelio a toda criatura. 

Para dar una explicación adecuada de las implicancias que vemos de la expresión La Salvación en del Señor de Jonas 2:9, quiero explicar en qué consiste esta doctrina. En primer lugar quiero mencionar lo siguiente: la obra de salvación es una obra solamente de Dios y está determinada por un decreto eterno. Es decir, ha sido planeada por Dios desde el principio hasta el fin. Jonas sabía esto porque era profeta de Dios y Dios se lo había encomendado. Si hubiese sido por Jonas, como hemos visto, él nunca hubiese planeado ir a Nínive, y menos predicarles a estos impíos e inmundo gentiles, como él los veía es su concepción judía. Jonás había olvidado, aun como judío conocedor de las escrituras, que el plan de Dios manifestado desde la temprana historia de Abraham en Génesis 12:1- 3, era que la bendición alcanzará a todas las naciones. Jonas como profeta de dios, como judío, era conocedor de ésto y sabía esto. 

Hoy nosotros los creyentes sabemos que este plan es aún, desde antes de la fundación del mundo por la revelación del Nuevo Testamento. Quiero llevarlos a Efesios 1: 3-7. Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia.

¿Qué es lo que encontramos aquí? Que Dios ha tenido un plan desde antes de la fundación del mundo en cuanto a la temática de la salvación. No hay duda que analizando someramente las escrituras, teniendo como referencia estos pocos textos que les he mencionado, que la obra de salvación es enteramente de Dios, planeada por él, y para su gloria. Claramente en Romanos 9:15-16 Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca. Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.

¿Jonás qué estaba haciendo? Colocándose en el lugar de Dios. Él creía poder determinar a quién dispensar la gracia salvadora y a quién no. No era derecho de Jonás, no es nuestro derecho. Es la obra de Dios y el derecho de Dios de proclamar las buenas nuevas a través de nosotros a todas las naciones. La obra de salvación es de él y él obrará salvación en los corazones que él quiere obrar salvación. 

En segundo lugar, la obra de salvación es una obra solamente de Dios y es entregada sólo por él. Es decir, Dios no solo ha provisto el plan de salvación sino también la forma de salvación. Jonas fue un instrumento usado por Dios para proclamar el mensaje de salvación a Nínive, que incluía el anuncio de la ira de Dios sobre esta ciudad si no se arrepentía. De aquí a 40 días, dice la historia, Nínive será destruida. Ese era su único mensaje. Según el relato posterior de las escrituras, Jonas es considerado en el Nuevo Testamento un tipo de Cristo. Dios lo usó como tal al decir que nuestro Señor Jesús estaría enterrado por 3 días y 3 noches en la tierra, como Jonás lo estuvo en el vientre del pez. Siendo posteriormente la resurrección de nuestro Señor evidencia final y consumadora de la salvación. 

Jonás después de ser vomitado por el pez es preparado para proclamar el mensaje de salvación que la gran parte de Nínive recibió como tal. A pesar de lo radical del mensaje vemos la tremenda obra que Dios realizó a través de su poder. Sólo la locura de la predicación, como dice Pablo en Romanos, sin elocuencia ni persuasión de palabras, ni tampoco sabiduría humana – podríamos decir metodologías pragmáticas – son las que obrarán salvación en el corazón humano. Es sólo la demostración del espíritu poderoso de Dios el que permite a un ser humano ser una nueva criatura. Pablo en 1 Corintios 2:1-7 destaca este hecho innegable: Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios – como Jonás a Nínive – no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. 

Yo me imagino que si Dios nos hubiera dado un mensaje como éste, yo creo que yo lo habría adaptado. Adaptado al oyente. No queremos que nadie se ofenda. Queremos ir con cuidado. Seríamos capaces igual que Jonas de desobedecer a Dios, porque no estamos dispuestos al decir, ¿Cómo es posible Dios? ¿Tú me mandas que yo le diga a la ciudad de Nínive que será destruida en 40 días? ¡Dios tenemos que cambiar el asunto! ¡Pero Dios dice no! Pablo lo destaca y aprende a decir después en versículo 2, Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios. No sólo el plan ha sido diseñado por Dios sino también la forma ha sido implementada por Dios. 

En tercer lugar, la obra de salvación también es una obra solamente de Dios, y es mantenida sólo por él. Esto significa que existe seguridad de salvación. Cuando Dios obra salvación podemos estar seguros de la salvación. PERO, hay un “pero.” Es muy conocida la frase que dice, una vez salvo, siempre salvo. El problema con esta expresión es que no considera el hecho necesario y evidente de mostrar frutos dignos de arrepentimiento en la persona que supuestamente profesa ser salva. Cuando hablamos de seguridad de salvación, estamos hablando de que todo verdadero creyente debe evidenciar de que verdaderamente es creyente. Sólo así se puede argumentar y declarar con seguridad que es salvo. 

La escritura es contundente al decirnos que todo creyente, según Efesios 1:3, es sellado por el Espíritu Santo de la promesa cuando ha creído. Dios ha pagado por nuestra libertad. Somos propiedad ahora de Dios y por ende estamos seguros en él, como dice Efesios 4:30: Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Esto nos habla de seguridad. ¿Podemos como creyentes entristecer a Dios? Seguramente. ¿Podemos a veces no ser obedientes a Dios? Seguramente. Pero si tu eres un verdadero creyente, el Espíritu Santo que te ha sellado para salvación, te va a contristar cuando tu seas una persona que no está con su cuenta al día con el Señor. Dios te dice, te doy seguridad hasta la eternidad. Pero esta seguridad no debe estar basada en falsos argumentos o en sentimientos meramente subjetivos, sino en las declaraciones que la Biblia nos entrega al respecto. Estoy seguro de que nadie nos puede arrebatar de la mano del Señor, pero la pregunta a hacerse es, ¿estamos realmente hoy día en sus manos? 

Los verdaderos creyentes, dice la escritura, son los que oyen y siguen a Jesús. Como diría el famoso Spurgeon, “Las ovejas de Cristo tienen una marca en la oreja y otra en los pies.” Ustedes saben que las ovejas antiguas se marcaban solamente en la oreja para señalizar propiedad. Spurgion agregó que las ovejas de Cristo tienen una marca no solo en la oreja sino también en los pies, porque oyen y siguen a su maestro, al pastor. Aquellas ovejas que viven de esta manera están seguras en el redil de Jesucristo. ¿Hay seguridad de salvación? Si la hay. Cuando Jonás está proclamando el mensaje y la gente se arrepiente, seguramente ese arrepentimiento fue sincero. Esa generación fue salva y al igual que los creyentes de Apocalipsis, también van a proclamar, ¡Gloria a Dios y al Cordero por la salvación que ha sido otorgada! 

En cuarto lugar, la obra de salvación es solamente una obra de Dios y tendrá un final glorioso. Hermoso es el cuadro que nos presenta Apocalipsis 7:9-12. Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero. ¿Qué dice Jonás 2:9?. La salvación es del Señor. Dice más adelante, todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios, diciendo: Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén.

La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono y al Cordero. Es muy parecida esta expresión a lo dicho por Jonás. Sin duda uno de esos que proclama junto a esa multitud incontable debe ser Jonas. Yo me imagino a Jonas también allí, creo que ahora él seguramente goza. Algún día nosotros también proclamaremos y nos gozaremos diciendo, Verdaderamente la salvación pertenece sólo a nuestro Dios y al Cordero.

Open chat
¿Necesitas ayuda?
Hola 😃
¿En qué podemos ayudarte?